Hola a tod@s,
Una de las palabras que más escuchamos en nuestro sector desde hace mucho tiempo es “Talento”. De hecho, en la parte de nuestro Grupo dedicada a la consultoría lo llevamos hasta en el nombre, Triangle Talent.
¿Por qué es tan importante tener en nuestras organizaciones el mejor Talento?
¿En qué se diferencia una persona con Talento de otra que no lo tiene?
¿Por qué cuesta tanto encontrarlo?
¿Cómo se si yo lo tengo?
La respuesta a estas preguntas no es sencilla. Y no lo es porque la palabra Talento puede prestarse a muchas interpretaciones. Por eso yo prefiero hablar de Competencia, una palabra más clara y que define mejor lo que es nuestro trabajo del día a día con nuestros clientes.
Cuando seleccionamos una persona para nuestros equipos o para nuestros clientes, nuestro objetivo va a ser descubrir qué nivel tiene esa persona en las competencias que necesitamos para un puesto determinado.
Una Competencia viene definida por cuatro variables.
- SABER: CONOCIMIENTOS. ¿Qué nivel concreto de conocimientos tiene la persona que estamos entrevistando sobre la competencia que estamos midiendo?
- SABER HACER: HABILIDADES. ¿Qué experiencia tiene nuestra/o candidata/o en la competencia que estamos evaluando?
- APTITUDES: PODER HACER. ¿La persona entrevistada tiene las características necesarias, físicas o psicológicas, para desarrollar correctamente esa competencia?
- ACTITUDES: QUERER HACER. ¿Cómo va a encajar esta persona en el equipo y proyecto que le presentamos? ¿Le va a motivar? (dicen que la actitud no suma, multiplica, pero tiene que haber algo en las otras tres parcelas para poder multiplicar).
Obviamente, en la cuarta es en la que nos encontramos más dificultades cuando tratamos de situar a la persona entrevistada en un determinado porcentaje. La Actitud es difícil de medir, y es en esta parte de la entrevista donde hacemos más uso del estudio de la Comunicación No Verbal para tratar de descubrir entre líneas si esa persona será la idónea, y responderá a las exigencias del puesto que estamos tratando de cubrir.
La posición corporal, la forma de hablar (ritmo, tono, elevación de voz,…), la gesticulación con manos y hombros, la imagen personal general,…todo esto nos da la información con la que podemos hacernos una idea de los niveles de energía y motivación de una persona hacia un determinado puesto de trabajo, y esto es lo más difícil en selección.
Es interesante que tengas estos aspectos en cuenta en tus próximos procesos de selección, ya seas la persona que hace las entrevistas o la que es entrevistada.